sábado, 31 de octubre de 2015

¿HAY QUE SER BUENOS?

           
   Y ¿Qué es ser bueno? La gente piensa que las buenas personas son las que se portan bien con los demás, son sinceras y te echan una mano cuando la necesitas. Las malas son  las que solo piensan en hacerte daño cuando tienen oportunidad. En general, yo diría que  lo bueno y lo malo son conceptos que varían para cada sujeto y circunstancia, porque ser  bueno o ser malo no depende de la naturaleza de la persona, depende de su cultura, su educación,  la sociedad en la cual vive y sus circunstancias...Pongámonos en una  situación extrema:
  
  Un hombre pobre tiene a su hijo enfermo y no tiene otra opción que robar un medicamento. ¿Estaría bien o mal? Es bueno para el pobre robar, para que su hijo pueda vivir, mientras que es malo para la persona que sufre el robo. Al mismo tiempo, es bueno para la persona que padece el robo que no le roben, pero es malo para el pobre ver cómo su hijo se muere de una enfermedad. Y ahora ¿Cuál es la respuesta correcta? ¿Estaría bien o mal? Siempre que se hace un acto tienes que considerar las consecuencias, tienes que mirar qué o quien se verá afectado y dependiendo de lo que se observe se actuará de una manera u otra.

   Se dice que las personas malas se dejan llevar por las emociones, que no miran las consecuencias, por ejemplo, cuando se quieren vengar de alguien, y las buenas miran si es bueno vengarse o no. Pero ser esto o lo otro me parece estereotipado. Una persona  que denominamos buena puede asesinar a alguien en un momento dado y un asesino en  serie puede, en un impulso cometer un acto altruista. Lo que solemos hacer es ser buenos  o malos según nos convenga en cada ocasión, porque nadie es totalmente ni lo uno, ni lo otro. Puesto que, si alguien fuera demasiado bueno la gente abusaría de eso. Y si alguien fuera demasiado malo la sociedad lo aislaría.

   La gran pregunta es: ¿Por qué debemos ser buenos? ¿Obtenemos alguna ventaja o recompensa?

    La única respuesta honesta es no. No está garantizado que los mejores obtengan los reconocimientos que han merecido. Los generosos son explotados por los egoístas y   los honestos estafados por los ladrones. El que ha sido generoso no recibe en modo proporcional lo que ha dado. Y entonces ¿Por qué debemos ser buenos? A esta pregunta respondo con una frase del gran filósofo Séneca:

   - De una cosa mala no puede derivarse nada bueno.